Frederique Constant Slimline Monolithic Manufacture, un reloj en edición limitada con el nuevo calibre FC-810 y un revolucionario oscilador que gira a 288.000 alternancias a la hora, diez veces más rápido que los volantes actuales.

Las alternancias o frecuencia de los relojes mecánicos, posiblemente sea el concepto más desconocido por los usuarios a la hora de hablar de un reloj. Nuestro compañero Richard Samper, maestro relojero desde hace más de 30 años, escribió un artículo donde nos detallaba de una forma sencilla, un concepto bastante complejo.
En pocas palabras, las alternancias son las semi oscilaciones que tiene el volante y marcan las veces que la aguja del segundero se moverá en un segundo. A mayor número de alternancias, más rápido se mueve el segundero y más precisa es la lectura en el reloj sobre todo cuando deseas saber tiempos cortos.
Existen movimientos que trabajan a diferentes frecuencias, aunque el estándar actual está entre las 21.600 A/h (3 Hz) en movimientos de cuerda manual y las 28.800 A/h (4 Hz) en movimientos automáticos. Zenith tiene el movimiento El Primero el cual trabaja a 36.000 A/h (5 Hz).

Viendo esto podemos deducir que a mayor número de alternancias, más preciso debe de ser un reloj. Por lo cual, si pretendemos fabricar un reloj muy preciso, basta con aumentar el número de alternancias.
Sin embargo aumentar el número de alternancias está limitado por la velocidad a la que son capaces de trabajar los órganos sometidos a esas alternancias y del aceitado de esas partes, sin obviar que el desgaste de esas piezas será muy elevado.
Los relojes mecánicos trabajan con un áncora y un volante. Un sistema inventado en Suiza hace siglos y que apenas ha cambiado en todo este tiempo. Omega lo mejoró con su escape Co-Axial y Seiko le dio una nueva vuelta de tuerta con su escape doble. Pero la base del sistema es la misma.
Frederique Constant nos presenta toda una revolución. Una nueva forma de entender los relojes mecánicos. Un cambio en el órgano regulador del reloj que ha marcado el último siglo la relojería mecánica. Un oscilador que trabaja a 288.000 A/h (40 Hz), multiplicando por 10 la velocidad actual de los relojes mecánicos.
El sistema desarrollado en el Frederique Constant Slimline Monolithic Manufactura, no es nuevo, Frederique Constant recurre a un sistema monolítico, mecanismo que logra transmitir el movimiento por medio de la deformación de un cuerpo elástico.
El oscilador está fabricado en silicio, es muy flexible y altamente resistente a los golpes y vibraciones. Al no tener elementos mecánicos, no existe fricción, desgaste ni holgura.

Gracias a un sistema de contra pesos (piezas de color gris a ambos lados) integrado en el oscilador, el grado de giro es de tan solo 6 grados frente a los 260 grados que debe recorrer un volante tradicional, por lo que la velocidad se puede incrementar de los 28.800 A/h a las 288.000 A/h.
Este oscilador incorpora en una sola pieza, unos 30 componentes del sistema tradicional, en una pieza de tan solo 9.8 mm de diámetro y un increíble 0.3 mm de grosor, algo que Frederique Constant nos indica es más delgado que un cabello humano.
Este oscilador de silicio no tiene fatiga, es antimagnético, no precisa lubricación y nos informan que el desgaste es mínimo.

Frederique Costant ha desarrollado el calibre FC-810, un movimiento mecánico capaz de trabajar en conjunto a la velocidad que marca el oscilador. El tren de rodaje incorpora una cuarta rueda y cuenta con 80 horas de reserva de marcha.
Este oscilador ha sido implementado por primera vez en el modelo Slimline Monolithic, un reloj de la línea clásica de Frederic Constant de 40 mm, esfera clavos de parís con números romanos, agujas tipo Breguet y calendario en una esfera a las 12.

CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS FREDERIQUE CONSTANT SLIMLINE MONOLITHIC
CAJA
- Acero o de Oro en 3 piezas.
- Diámetro 40 mm.
- Horas, minutos y segundos.
- Calendario.
- Cristal de zafiro.
- Maquinaria vista.
- WR 30 mts.
MOVIMIENTO
- Calibre FC-810 manufactura
- Mecánico automático
- Oscilador monolítico en sicilio.
- Rubíes 19.
- Reserva de marcha 80 horas.
- Alternancias 288.000 A/h (40 Hz).
ESFERA
- Decorada con clavos de Paris.
- Números romanos
- Agujas tipo Breguet pulidas a mano.
- Calendario a las 12.
- Ventana a las 6 mostrando el oscilador.
CORREA
- Piel aligator.
EDICIÓN LIMITADA
- Acero 810 unidades
- Oro 81 unidades.
PRECIO
- Acero 4.495 €
- Oro 14.495 €
- Por lo que nos comentaron en la presentación, todas las unidades ya están vendidas a los concesionarios.
MI OPINIÓN SOBRE EL SLIMLINE MONOLITHIC
Con motivo de Watches & Wonders 2021 fuimos invitados a la presentación de este modelo. El reloj me pareció maravilloso. Un reloj elegante, bien planteado y con un sistema a priori revolucionario. En relación al precio muy interesante, no solo por el revolucionario oscilador, sino por que es calibre interno manufactura por tan solo 4.495 €, un precio muy ajustado en la relojería actual.
Ver las oscilaciones del reloj sin ayuda técnica resulta imposible. Por más que me apliqué fui incapaz de poder percibir el movimiento. Algún compañero de otro medio de comunicación lo grabó a cámara lenta con su móvil y algo empezabas a percibir, aunque para poder contabilizar el número de oscilaciones por hora, no valen los sistemas tradicionales (cronocomparadores) utilizados hasta ahora en los talleres de relojería y debe ser estudiado con una cámara especial que realiza 255 mil fotografías por segundo.

Sobre el papel la idea es genial. Un mecanismo que reduce 30 componentes los sistemas actuales, el cual es más preciso que lo que tenemos ahora, en un material altamente resistente como el silicio y que no precisa lubricación.
En tiempos compulsos para el sector relojero, donde la imaginación y el atrevimiento escasean, encontrar una marca que no es puntera, la cual dedica años de trabajo e inversiones millonarias en buscar otros caminos, no solo es admirable, sino loable.
Personalmente no creo que el futuro de la relojería mecánica esté en manos de movimientos con osciladores. Pienso que este FC-810 es un calibre puntual, pero no el futuro de la relojería mecánica. Los clientes no buscamos la precisión absoluta en nuestros relojes. Ya en la década de 1970 con los movimientos de cuarzo se consiguieron altas precisiones, pero los movimientos mecánicos supieron aguantar.
Los aficionados a la relojería precisamos que nuestros relojes tengan un CORAZÓN y necesitamos seguir sintiendo su tic-tac, por lo que personalmente, sigo apostando por los movimientos de volante.