Jugando El Juego de los Relojes

ARTÍCULO DE ALEJANDRO LOPEZ MUÑOZ – MURCIA (ESPAÑA)
Miembro de IgormoClub

Alejandro ha sido el primero de nuestros lectores que se ha acercado a Igormó para contar su historia. Una propuesta que nos llenó de alegría, pues en definitiva, ese es el espíritu que nos impulsa: ser un punto de encuentro para la afición, un lugar donde no sólo podamos aprender un poco más sobre lo que nos apasiona, sino también donde podamos realmente compartirlo con los demás y hacerlo crecer juntos.

Sin más dilaciones, te dejamos en manos de Alejandro, quien nos contará su historia y aquello que él llama El Juego de los Relojes.    

El Juego de los Relojes.

Las fases por las que pasa un coleccionista cuando comienza su andadura en el mundo de los relojes, son diversas, personales y por supuesto en constante cambio.

En este primer artículo para Igormó, os voy a explicar mi propia experiencia. Cómo pasé de no saber nada a conseguir las piezas que quiero de manera “gratuita” y disfrutando del proceso que yo llamo, “el juego de los relojes”.

Normalmente, muchos coleccionistas de relojes se inician con el regalo de una pieza, por medio de un familiar o amigo cercano, que nos invita a entrar en este maravilloso mundo que es la relojería.

En mi caso, la afición comenzó cuando era un niño… me fijaba en los relojes que llevaba mi padre, que aunque no era un apasionado de ellos, siempre le gustaba llevar buenas piezas. Mis padres estaban separados y unos años después de que mi padre se fuera de casa, descubrí que se había dejado uno de sus relojes más antiguos y que ya hacía mucho tiempo que no usaba. Decidí quedármelo para darle una oportunidad, restaurándolo y comprándole una correa nueva en sustitución de la que ya tenía muy desgastada.

El reloj no es nada del otro mundo, pero tiene muy buena presencia y para mí es muy especial. Un viejo Radiant cronógrafo de cuarzo bañado en oro. La única pieza que nunca saldrá de mi colección.

Recuerdo una anécdota graciosa con esta pieza, cuando la restauré y la deje como nueva, mi padre se dio cuenta un día que la llevaba en mi muñeca y de repente exclamó: ¡mi reloj! Riéndome, le dije, “ahora me pertenece a mí”. Le expliqué que lo había restaurado y dado una nueva vida.

Digamos que ahí empezó un poco mi afición, aunque se fraguó lentamente… aún no había leído mucho sobre este mundo, ni conocía de modelos, más allá de los modelos típicos de Rolex.

Así que sin conocimiento y con ganas de tener relojes, llegó la primera fase…

“Comprar lo que te entra por los ojos.”

Y así fue como compré mi primera pieza con mi dinero. Hoy ya no la conservo, pero no por haberla vendido; pues le tenía cariño y no quería que la tuviera cualquiera. Así que decidí regalarla a un buen amigo, para que le sirviera como primera pieza: su llave de entrada a este mundo.

El reloj en cuestión era un Viceroy cronógrafo de cuarzo. Tiempo después acabé descubriendo que era un homenaje al famoso Omega Speedmaster.

Esta primera fase me duró muy poco, realmente hasta la segunda compra y tercer reloj de en mi colección, ya que todavía conservaba el Viceroy.

Buceando por internet descubrí la marca Seiko: hoy muy importante en mi colección, creo saber bastante de esta marca además que he tenido y tengo varias piezas. Pero este reloj que aún conservo, fue un error, al menos para mí…

La pieza era un Seiko SRP208, Diver Automático (sí, mi primer automático, aunque no tenía aún muy claro lo que significaba esto), con el famoso calibre 4R36 (que en aquel entonces no tenía ni idea que lo llevaba), 100 metros de resistencia al agua y con caja y armis de acero inoxidable en color dorado…

Y ese último detalle fue mi fallo: de nuevo la fase primera hizo que me entraran las fotografías por los ojos en el ordenador y lo quisiera de inmediato, pero una vez en persona, llevando la pieza en la muñeca, me di cuenta de lo llamativa que era y que a no poca gente le daba a entender que llevaba un reloj de oro de un cierto valor, lo cual me incomodaba, sólo por el hecho de que no lo era y no me gustaba aparentar lo que no era.

Así que empecé a dejar de usarlo hasta que, mucho tiempo después, le puse una correa de caucho negra que pertenecía originalmente a otro Seiko Diver de mi colección… ¡fue un cambio increíble que me hizo volver a disfrutar de esta pieza tan genial!

Una vez comprendida la fase primera, me llegó la segunda fase.

“Comprar creyendo que sabes.”

Me di cuenta de que tenía que hacer los deberes, ponerme las pilas y leer muchísimo. Descubrí foros impresionantes llenos de sabiduría relojera, blogs, webs, canales de YouTube y me suscribí a una revista importante. Fui adquiriendo conocimientos sin prisa e intentando sobre todo entender y comprender este mundo.

Como estaba aprendiendo mucho sobre los relojes mecánicos, quise buscar alguno que tuviera buena relación calidad/precio para empezar. Fue así que di con el famoso Seiko 5 SNK 807 (de esfera y correa color azul) y del que guardo muy buenos recuerdos ya que aunque no fue mi primer automático, si fue el primero que compré sabiendo lo que hacía.

Este tampoco me veía con ganas de que se lo quedara cualquiera, así que se lo regalé a mi suegro, a quién a pesar de gustarle el mundo de los relojes, aún no había tenido un automático.

Con este reloj tuve una excelente experiencia, esa pieza era una pasada (en este momento incluso estoy buscando otra unidad). Aprovechando que se lo regalé a mi suegro, yo adquirí mi primer Hamilton Khaki Field.

Pero tuve otros “errores”, más bien compras buenas sin conocimiento: un Seiko 7002 (ya os dije que soy fan de Seiko) en perfectísimo estado que pertenecía a un coleccionista y, que meses después de tenerlo, descubrí que su precioso bisel verde tan bonito… era fruto de una MOD (modificación), algo de lo que no tenía idea, pero que ahora sé que se dan muchísimo en este mundo y no solo con los diver Seiko.

Así que, a pesar de no ser fan de este mundillo MOD, por desconocimiento, ahora soy propietario (al menos de momento) de una pieza MOD. Cada reloj que obtengo me deja una enseñanza y gracias a eso cojo experiencia conforme avanzo en mi trayectoria a los objetivos que yo mismo me fijo.

Hasta este momento sólo había comprado piezas nuevas (el caso del 7002 fue después) y a base de prueba y error.

Poco a poco, fui aprendiendo más y más (aunque jamás dejaré de aprender en esto). Ya conocía muchos modelos y marcas, pero sobre todo me especialicé en conocer los precios de mercado de las piezas que me gustaban, para trazar mis propios planes de adquisición.

Me di cuenta de que, si estudiaba bien esto, podía tener cualquier pieza que quisiera… ¡y gratis!

Si conseguía comprar una pieza muy por debajo de su precio de mercado, ganaba con ello tiempo: tiempo de poseerla, usarla y disfrutarla y más tarde venderla recuperando el dinero o incluso obtener un beneficio, el cual haría crecer la colección en calidad y en precio.

Por lo tanto, me propuse dos objetivos para este nuevo proyecto que financiaría mi pasión.

Primero: antes del mes de diciembre del año 2020, conseguir un Seiko Tortuga. Y segundo: como muy tarde en abril del año 2021, coincidiendo con mi cumpleaños, conseguir mi primer Rolex, un Oyster Perpetual de acero y oro.

Tuve la fortuna de alcanzar mi primer objetivo no solo antes de tiempo, sino que además me hice del que, en mi opinión, es uno de los mejores tortuga: la referencia SRPD11K1, que combina en una sola pieza dos versiones especiales: la Black Edition y la Save the Ocean, además de llevar bisel Batman.

Es muy difícil, pero no imposible, conseguir el objetivo del Rolex en unos meses mediante esto que yo llamo El Juego de los Relojes, que para mí tiene sólo tres reglas:

  • Comprar bien.
  • Disfrutar a pleno.
  • Vender a un precio justo.

Enamorándote del proceso, puedes llegar a donde quieras, no hay límite.

Por eso si estás empezando o ya conoces algo de este mundillo y tienes piezas soñadas o santos griales como se suele decir en el gremio relojero, no tengas prisa, mantén la calma, estudia el mercado y empieza poco a poco.

Aprende a disfrutar de cada reloj como si fuera el último día que lo usarás.

Márcate objetivos y, cuando lo alcances, si quieres guardar esa pieza en tu colección invendible, hazlo… siempre podrás volver a sacarla al mercado, para seguir creciendo en El Juego de los Relojes.

Cada pieza que he comprado me ha enseñado algo, por tonto que sea, siempre me llevo algo de todas, duren un mes, un año o un día. Siempre.

Me he equivocado mucho, me equivoco y me equivocaré, pero siempre sigo avanzando con más experiencia gracias a eso.

Algunos coleccionistas tal vez puedan chocar con mi manera de ver este mundo, pero por favor no confundáis mis palabras. Yo no vivo de esto, sólo he encontrado una fórmula de financiar mi pasión sin dejar de disfrutarla y poder llegar a mis objetivos sin arruinarme por el camino o tener que renunciar a otras cosas importantes de la vida por ello.

Suelo tener un poco de todo, soy fan de la gama G-SHOCK, de Casio, he tenido y tengo varios, así como de los vintage, relojes con mucha historia detrás, como mi Omega Seamaster de 1977. Me gusta diversificar e ir aprendiendo sobre la marcha.

Reloj Hamilton Khaki Field

Espero que os sirva mi pequeña experiencia, sobre todo a los que os iniciáis en este fantástico mundo.

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