Un Sub para mi muñeca de avispa…

ARTÍCULO DE LETICIA MARTÍNEZ-ECHEVARRÍA – MADRID (ESPAÑA)

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Como bien sabéis, la sección Club es una sección especialmente querida para Igormó. Son vuestros propios artículos los que publicamos y para nosotros es un placer no solo leerlos, sino publicarlos.

Son muchos los artículos que recibimos semanalmente y por desgracia, por el momento tenemos que hacer una selección. Esta semana no he sido muy ecuánime en mi elección.

Cuando mi querida amiga Leti me llamó para comentarme que quería hacer un artículo lo vi claro. Por desgracia, no son muchas las mujeres que se compran relojes. Por mi experiencia profesional sé que casi siempre suelen ser regalos, si preguntas a la propietaria cómo se llama la marca y el modelo, en muchos casos, tienen serias dificultades para contestar. Por eso, que una mujer que conozco desde 2004 y sé que entiende de relojes, quiera hacer un artículo, no hay nada más a tratar.

El único consejo que la di fue que hablara de la compra de su Rolex Submariner, pues es una venta que hasta hoy recuerdo perfectamente con mucho cariño, ya que de ahí surgió una amistad personal.

Leticia Martinez-Echevarría

Desde muy pequeña he sentido pasión por los relojes y más concretamente por los Rolex. He tenido la gran suerte de ver estos relojes en mi casa desde pequeña. Mis padres y algunos de mis tíos eran adeptos a esta marca, por lo que he llegado a pensar que mi pasión por los Rolex es hereditaria.

Mi primer Rolex lo tuve el día que cumplí mi mayoría de edad. Mi madre me regaló uno de sus relojes, un Rolex Datejust 29 mm brazalete Oyster de acero esfera blanca romanos, un clásico de señora vaya. Es un reloj que me encanta, nunca me desprenderé de este reloj, ya que fue un regalo de mis abuelos a mi madre el día de su mayoría de edad y aunque por tamaño lo uso poco, le tengo en gran estima sentimental.

Después de terminar la carrera, con mi primer sueldo decidí comprarme un Rolex y esta vez sería un reloj elegido por mí, así que me decanté por uno de la serie deportiva, un Submariner 14060M de 40 mm y sin fecha, fiel a los primeros Rolex Submariner de los años 50.

Recuerdo ese día con mucho cariño. Por la mañana le pregunté a mi padre si me podía acompañar a un sitio, me apetecía que me acompañara a comprarlo, al final, mi pasión por los relojes era parte gracias a él y consideré que debía estar conmigo. Si te digo la verdad, ni le dije donde íbamos.

Unos amigos de mi familia habían comprado un par de relojes en joyería Tourbillon -años más tarde pasó a llamarse joyería Libremol-, me hablaron muy bien de esta joyería y ahí es donde conocí a Igor Librero y sus hermanos.

Pero no todo iba a resultar tan fácil. Cuando entramos y después de presentarnos y comentarles que era amiga de unos clientes suyos, les dije que estaba interesada en comprarme un Rolex Submariner 14060M. Nunca olvidaré la cara de sorpresa de mi padre. “Un reloj de caballero” me dijo.

Intentó por más de 30 minutos hacerme ver lo equivocada que estaba en la elección, era un reloj de 40 mm y además de ser mujer, mi muñeca es muy pequeña. Cuando mi padre vio que no había nada que hacer, intentó que Igor me ayudara a entender que era mala elección.

Rolex Submariner 14060M.

Era el año 2004 y por esa época las mujeres más atrevidas compraban relojes de 35 mm, un deportivo de caballero no era lo normal. Y si te soy sincera, Igor casi me convence. Quitó todos los eslabones con pasador al reloj, me lo puso en la muñeca y me dijo “Gira bruscamente el brazo a la izquierda, por favor, Leticia”, el reloj empezó a girar en mi muñeca como un hula hoop.

Igor fue muy educado y respetuoso conmigo, nunca lo olvidaré. Con mucho tacto me enseñó otros modelos y tamaños de Rolex, quería hacerme ver que era un error comprarme un reloj tan grande, pero gracias a dios y a los genes de mi madre, soy muy cabezota y nunca me voy a arrepentir de no haber cambiado de opinión ese día. La decisión estaba tomada, el Sub y yo seríamos compañeros de viaje.

Tengo que reconocerte que estaba algo asustada. El reloj lo tenía en la posición más pequeña que daba y aun así me quedaba enorme. Mi padre es muy observador y vio que Igor es una persona de recursos, por lo que cambio de táctica y ahora se trataba de hacer que el reloj fuera ponible en mi muñeca. Tarea complicada la verdad.

Me dijeron que no me preocupara, se podía mandar a taller y quitar eslabones, podrían ajustarlo a mi muñeca, aunque seguramente las asas sobresalieran en mi muñeca.

El día que lo pasé a recoger estaba yo tan contenta de la vida con mi reloj, me encantaba el modelo y a mis ojitos enamorados le parecían que quedaba perfecto en mi muñeca. Cuando nos estábamos despidiendo, Igor me dijo “Leti, el reloj te queda bien, has hecho una buena compra, no te vas a arrepentir”, esas eran las palabras que necesitaba para afianzar mi decisión y créeme, ni un solo día desde entonces me he arrepentido de esta compra.

Ese día me percaté de la honestidad y del carácter tan humano que tienen Igor y sus hermanos y forjamos una buena amistad.

Unos meses después mi hermana se prometía y mi futuro cuñado quería un IWC portugués reserva de marcha de 7 días como regalo de pedida. Para aquel entonces yo era la entendida de relojes de mi familia, por lo que acompañe a mi hermana a joyería Tourbillon a encargar el reloj.

Si me preguntas cuales fueron las razones de comprarme el Sub, no te puedo dar una concreta. El reloj me encantaba estéticamente, reconozco ahora que ha pasado el tiempo y nadie me va a echar en cara mi decisión, que el modelo era enorme no solo para una mujer del 2004, sino especialmente para mi muñeca de avispa.

No tenía una bolita de cristal y mucho menos podía adivinar que en un futuro no tan lejano, la mayoría de las mujeres se decantarían por relojes de 38 a 40 mm.

Mi relación con esta joyería sigue siendo muy buena, te diré, aunque tal vez no sea muy ético decirlo precisamente aquí, que soy amiga personal de Igor y sus hermanos.

Son muchas las ocasiones en las que ellos me han recordado esa compra concreta y que se han acordado muchas veces de mí, pues no muchos años después, muchas de sus clientas les pedían relojes Rolex deportivos.

Por aquellos años no entienda mucho de relojes. Pero una de las cosas que más me alegra de aquella compra, es que aprendí que Rolex es una muy buena forma de inversión. Son relojes que perduran en el tiempo, no pasan de moda, su mantenimiento es sencillo y sobre todo se revalorizan más que muchas acciones de bolsa y mucho más que otras marcas relojeras.   

Según los expertos, Rolex se ha posicionado como una de las marcas más deseadas por el público y los grandes inversores la catalogan como valor seguro.

Después del Submariner me he comprado otros relojes, Seiko Diver, Hublot classic fusión, Bulgari aluminium o Cartier Tank, pero siempre acabo volviendo a Rolex con un GMT-Master II, un Datejust 36 mm y Daytona de acero. Relojes en los que nunca pierdo dinero, valores en alza y relojes que disfruto en cada día de mi vida.

Recuerdo haber leído que Rolex es un edificio más seguro que una cárcel de máxima seguridad. No puedo confirmarte que esto sea verdad, pero sinceramente no me extrañaría.

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