Tudor, JAQUE a Omega.

La búsqueda de la precisión y de la calidad, o tal vez, del cliente, ha hecho que en los últimos años proliferen los certificados de calidad con los cuales poder distinguirse de la competencia, tales como el Sello de Ginebra, Chronometer, COSC, Sello Patek Philippe, Superlative Chronometer Official Certifiel o más recientemente METAS.

Uno de los grandes orgullos para OMEGA ha sido la certificación “Master Chronometer” otorgada por METAS, un estándar de calidad desarrollado casi a la medida de Omega y el cual ha sido el único en poseerlo, hasta ayer.

Tan importante es este certificado para Omega, que no solo cambió su modelo fetiche, el Speedy, sino que lo ha establecido como estándar de calidad para todos los futuros movimientos de la marca, lo que supone inversiones millonarias en el desarrollo de los nuevos calibres Omega.

Para que un sello de calidad tenga reconocimiento público, debe ser emitido por una entidad externa a la marca y debe estar abierto a que cualquier marca que cumpla los requisitos, pueda obtenerlo.

Tudor y su gran apuesta.

Pues ayer, Tudor, la que para mi no es la hermana pequeña de Rolex, ya que a sus 95 años de edad dudo mucho que siga escuchando los consejos de nadie, nos presentó su último modelo Black Bay esta vez en cerámica negra el cual posee el certificado de calidad Master Chronometer emitido por METAS.

Sin duda, este desafío del grupo Rolex al grupo Swatch en su propio terreno, sería comparable con un jaque de negras en ajedrez. Una gran apuesta que sitúa a Tudor en posiciones muy aventajadas en el sector de movimientos de alta calidad suizos con este certificado METAS.

Y ahora le toca mover ficha al grupo Swatch, y para mí, un movimiento nada predecible que pueda evitar el jaque mate, sería hacer que Longines abandone los movimientos ETA y consiga desarrollar movimientos Master Chronometer.

¿Será esta la jugada? Como dicen los ingleses, viviremos y veremos.